
Sangre, lágrimas, gritos, pasos, absurdas carreras que no sirven ahora, ya nada sirve, todo se fue, contigo te llevaste mi alma rompiendo tus promesas, ¿Que siempre íbamos a estar juntos?, ¿Que siempre ibas a estar para mí?, já, promesas absurdas siempre saliendo de tus finos labios de fresa, hipnotizándome con tu perfume siempre presente en ti, y hacías que creyera cada palabra, sonriendo como un estúpido entrelazaba mi mano con la tuya y te abrazaba como si la vida se me fuera en ello, y la vida se me fue, porque tú eres mi vida, lo fuiste y lo serás, siempre única, irreemplazable, delicada, armoniosa, mi vida. ¿Por qué no nos vamos a casa?, ¿Por qué no me dices en un suave susurro que nos vayamos a casa?, ya no quiero estar aquí, no me gusta estar aquí, no me siento segura, ¿Por qué será? ¿Quizás porque tu no estás conmigo?, me siento vacía sin ti sonriéndome y diciendo que todo va a ir bien, porque ahora nada va a ir bien, nada puede ir bien si tu no estás aquí, porque aunque parezca la más fuerte, la más intrépida, la más segura… soy la más perdida sin una luz que me guíe, sin que mi luz esté para guiarme, porque el cruel viento acaba de extinguir la luz de tu alma, llevándose la mía consigo, ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti y no a cualquier otra persona?, ¿Por qué a mí? . De qué me sirven las lágrimas ahora de gente que no alcanza ni siquiera a entender el dolor que estoy pasando. Y los gritos, de a poco se van apagando, van menguando, aunque los sollozos continúan implacables, y son los que más me irritan, porque no tienen sentido, porque ellos no sienten el mismo dolor que yo siento, y yo no lloro, porque te prometí que no iba a llorar nunca, pero… si tu no cumples tus promesas, si acabas de desgarrar todos los sueños que tenía para nosotros, ¿por qué debería cumplir yo las mías?. Quiero gritar, pero un nudo ahoga mi garganta, quiero abrazarte y llorar, pero se acaba de construir un mundo entre nosotros, una muralla gigante que no soy capaz de traspasar, y siento el palpitar en mis sienes mientras mi cara se humedece por las lágrimas que prometí no derramar, y hacen que recuerde los múltiples besos que depositabas en ellas mientras leía, y hacías que perdiera toda mi concentración con tu gracia involuntaria siempre presente en ti, y reías, ¿y ahora? Sería capas de regalarte el cielo por ver el menor atisbo de sonrisa surcar tu rostro, pero sé que no pasará, porque tu rostro sin vida ya no es el mismo, ya no puedo seguir amando este cuerpo inerte, porque todo se fue con tu alma, porque sé que nadie podrá hacerme sentir como tú lo hacías con un simple gesto. Ya no le veo el sentido a seguir llorando, la verdad ya no le veo el sentido a nada. Los sollozos ya cesaron, estoy sola ahora, sola con tu recuerdo, y te miro, y ya no importa que no me mires, no importa, yo miraré por los dos, no te preocupes por nada, que nada perturbe tu sueño eterno, solo asegúrame eso y estaré bien, y el repentino silencio me consume, y con él viene la oscuridad, que no soy capas de resistir, y me hundo en ella...
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